Un
ciudadano culto y autónomo en la sociedad digital es aquella persona que maneja
una identidad acorde a su formación real, en el que usa las TIC para
informarse, comunicarse, aprender, conocer y posteriormente empoderar y participar
en grupos, con la finalidad de tomar decisiones que favorezcan realidades
contextualizadas en el entorno de vida. Es una dinámica que se desarrolla a
partir de los cambios que experimenta la sociedad actualmente, y donde se
perciben nuevos consumos culturales relacionados con la incorporación y usos
del teléfono celular, el Internet y las redes sociales.
La
familia, la escuela, los centros educativos deben propiciar unas bases sólidas
para aprender, optimizar y mejorar las formas de uso de las TIC, propiciando
acciones educativas y formativas que se acerquen y consoliden en el manejo de
la tecnología de forma genuina y con eficacia para que los alumnos desarrollen
capacidades en el momento de buscar y seleccionar información, estén bien
informados y aporten soluciones, sean responsables y críticos, estar preparados
para fortalecerse en el hacer y el ser en un marco de sana convivencia.